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17 de abril, 2023
Los perros regulan su temperatura corporal de una manera diferente a las personas. Cuando hace calor y su cuerpo comienza a calentarse, lo primero que hacen es buscar lugares más frescos y activan mecanismos para regular su temperatura. No tienen glándulas sudoríparas distribuidas por el cuerpo como las personas, así que no son capaces de disipar el calor sudando como nosotros. En cambio, los perros dilatan las venas periféricas (las que están por la superficie del cuerpo y las extremidades) para aumentar el área a través de la que pueden intercambiar calor con el aire o las superficies con las que están en contacto. Por eso se tumban en zonas del suelo que están más frescas: para enfriarse.
El mecanismo más eficaz que tienen los perros para enfriarse es jadeando. Así, hacen circular el aire más deprisa a través de la boca y sus vías respiratorias, evaporando la humedad de su tracto respiratorio y enfriando su organismo desde el interior.
Los perros regulan muy bien el exceso de temperatura con estos mecanismos, incluso si son muy peludos. Sin embargo, a partir de un umbral de temperatura, que es variable dependiendo de la humedad ambiental, si están al sol, si tienen agua fresca disponible o su conformación física, los perros no son capaces de disipar el calor y sufren una insolación.
En primavera y verano hace buen tiempo; los días son más largos y se realizan más actividades al aire libre. Cuando te lo estás pasando bien se te puede olvidar que estás en un lugar con altas temperaturas y tu perro puede sobrecalentarse, incluso antes de que tú sientas calor.
Solo con un aumento de 2 °C de su temperatura interna tu perro ya está padeciendo un golpe de calor, aunque los síntomas no sean aparentes. Cuando sube la temperatura se altera el metabolismo, los órganos internos reciben menos aporte de sangre, y empiezan a fallar en cadena. Los riñones, el hígado y el corazón de tu perro dejan de funcionar adecuadamente. Su aparato digestivo se paraliza, las bacterias entran en la circulación sanguínea provocando una infección generalizada y una sepsis por liberación de toxinas. La sangre de tu perro circula con más dificultad, se vuelve más viscosa, se forman coágulos y hemorragias que no se pueden controlar. Finalmente, el sistema nervioso falla por falta de oxígeno y tu perro podría morir por fallo multiorgánico.
Los perros braquicefálicos o chatos (Bulldog francés, Bulldog inglés, Carlinos) son más sensibles a los golpes de calor, ya que sus vías respiratorias son más cortas y estrechas y no tienen capacidad para disipar el calor con eficacia. Son muy delicados y tienen mayor riesgo, a temperaturas más bajas que el resto de los perros.
Para proteger a tu perro de los riesgos del calor, sigue a rajatabla estas medidas preventivas:
Puedes detectar el golpe de calor en tu perro si observas alguno de estos síntomas:
Debes actuar inmediatamente si tu perro comienza a mostrar alguno de estos signos. Estos son los pasos que debes seguir ante un golpe de calor en tu perro: